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domingo, 28 de julio de 2013

Documento Nº 5: La mujer joven y la lucha por el socialismo


Caracas, julio 2013. Prensa Antifascista.- La historia nos muestra que las mujeres han tenido y tienen la capacidad para organizarse y movilizarse. Han sido capaces de luchar por sus derechos como mujeres, como obreras, como estudiantes y como revolucionarias. Cada conquista alcanzada ha sido resultado de grandes confrontaciones y de grandes sacrificios y la pérdida de la vida a innumerables luchadoras. 

La lucha por los derechos de la mujer es tal vez, la lucha más antigua. Esta confrontación se extiende a lo largo de la historia, desde la época del imperio romano, cuando las mujeres se organizaron para deponer ordenanzas que afectaban su vestir, así como para tener otros derechos como el de divorcio, hasta nuestros días, que luchan por derechos políticos, económicos, sociales y culturales, pasando por la lucha de igualdad de derechos entre hombres y mujeres iniciadas desde el siglo XVIII en Francia; las realizadas en contra de las restricciones políticas a que estaban sometidas las mujeres en el siglo XIX en los Estados Unidos y las llevadas a cabo por el derecho al voto durante los siglos XIX y XX en casi todo el mundo. 

A pesar de los justo de estas demandas, no todas estas luchas de las mujeres fueron ni son una confrontación revolucionaria. Estos movimientos, en sus inicios estuvieron dirigidos por representantes de origen burgués y, en la mayoría de las veces, sólo consideraban los intereses de las mujeres blancas dejando de lado el enfoque de clases. Ni el movimiento por los derechos de la mujer, ni por el derecho al voto, fue de interés al socialismo ni a la revolución y por tanto no fueron capaces de movilizar a las mujeres trabajadoras. 

El enfoque revolucionario de la lucha de las mujeres comienza en el siglo XIX de la mano de las teorías del socialismo científico de Carlos Marx. Este denunciaba de forma acertada que la igualdad política entre el hombre y la mujer era una condición necesaria para la emancipación de toda la sociedad, por lo que la lucha de la mujer debía ir unida a la lucha de clases por el socialismo. “La mujer de la nueva sociedad -decía Marx- será plenamente independiente en lo social y en lo económico, no estará sometida en lo más mínimo a ninguna dominación ni explotación, será, al igual que el hombre, una persona libre, igual y dueña de su destino”. 

Para llegar a esa nueva sociedad de la que hablaba Marx (el socialismo), es necesario vencer mediante la lucha revolucionaria al capitalismo. Y, al mismo tiempo para vencer al capitalismo es obligatoria la organización revolucionaria. Sólo así, las mujeres podrán superar la opresión que sufren en nuestros días. En Venezuela ya se están dando pasos importantes de la mano del gobierno bolivariano, pero es necesario que desde las bases, las mujeres jóvenes tomen la bandera de lucha por el socialismo de la mano a todos los sectores oprimidos y explotados para hacer frente al enemigo común. 

Exposición de la problemática 

El tema de la mujer joven es uno de los más candentes de nuestra sociedad. Históricamente, el papel de la mujer en los cambios sociales ha sido ocultado por las sociedades explotadoras, para así neutralizar el potencial de estas en la lucha por un futuro de igualdad social. 

En nuestros días, donde se viven profundas convulsiones sociales como consecuencia de la crisis general del sistema capitalista, la burguesía dominante utiliza todas las formas a su alcance para evitar la incorporación de las masas femeninas a la lucha por el socialismo. 

Así pues, la tarea fundamental de las mujeres jóvenes, es dar los pasos que conduzcan a su incorporación de manera contundente, con todo su potencial político, ideológico y transformador al movimiento revolucionario que conduzca a la sociedad al nuevo porvenir libre de explotación y opresión. Este porvenir no es otro que el planteado por el comandante Chávez: el socialismo. 

Teniendo esto claro, podemos estudiar un breve esbozo de las limitaciones impuestas a las mujeres en la actual sociedad y como superarlas para la incorporación en la lucha revolucionaria junto a los obreros, campesinos y sectores populares. En ese sentido, la lucha de la mujer no debe enfocarse bajo ningún concepto aislado de la lucha de todos los oprimidos por la destrucción del sistema capitalista. Es necesario que, al mismo tiempo que se de la organización para lucha, también la formación ideológica que permita a las mujeres combativas alejarse del feminismo burgués, engendro que enfoca como supuesto enemigo al hombre y no a las relaciones de explotación capitalistas, únicas culpables de las condiciones que engendran el machismo y otras lacras de la actual sociedad. 

Sabemos que en el capitalismo todo se compra y se vende, incluidas las relaciones humanas. A tal efecto, las mujeres sufren a una escala superior la opresión de la sociedad moldeada por los explotadores. 

¿Cómo organizar el trabajo? 

Es fundamental el poder incorporar a una vida de militancia revolucionaria a las clases trabajadoras, hombres y mujeres por igual, para que puedan desarrollar una sólida formación ideológica y política y así avanzar para superar la condición de sometimiento y de explotación. 

El trabajo con la mujer para hacer de ella una revolucionaria, ha de superar los enfoques tradicionales que centran la atención en la dominación de la mujer por el hombre como si fuera un proceso de confrontación en la pareja al interior de la familia y que, en última instancia, sirven de reproducción del modo de producción capitalista o, por lo menos, a hacer invisible la explotación capitalista de clase. 

En el modo de producción capitalista, la dominación de género y la dominación de clase son consecuencia y tienen la misma base: la valorización del capital. El trabajo revolucionario de la mujer debe permitir visualizar esta relación entre la clase y la cultura patriarcal, de cómo estos procesos combinan y se refuerzan para el aseguramiento de las estrategias de valorización del capital. Reivindicar los derechos de la mujer, las exclusiones a que está sometida, las inequidades, la violencia de que es victima, deben ser los puntos de partida de la mujer revolucionaria, pero son insuficientes a largo plazo si no se incorpora en el frente común con los hombres revolucionarios que luchan contra el capitalismo. 

Nuestra propuesta para la mujer joven 

En nuestro empeño de cumplir con los mandatos del Comandante Chávez, la Corriente de Jóvenes Antifascistas y Antiimperialistas, organización que agrupa a los más diversos movimientos y colectivos juveniles del país, proponemos el trabajo organizativo e ideológico con las mujeres jóvenes a través de actividades políticas y de estudio enfocadas en la lucha continua por los derechos de la mujer, que solo podrán existir en el socialismo. 

Así como hemos propuesto la unificación del sector estudiantil, ecológico, obrero, campesino, abogamos de manera insistente que las mujeres jóvenes se incorporen a la propuesta de frente popular de la juventud, para de esta manera coordinar la lucha de todos los oprimidos contra el capital. 

Para ello nos apoyamos en las sabias palabras del comandante Chávez “sin las mujeres no se puede ni tan siquiera pensar en llegar al socialismo”. 

Dejamos abierto el debate para que se discutan las formas en que las mujeres jóvenes deben incorporarse a la lucha por el socialismo a través de la conformación de un frente de la juventud que combata sin cuartel al fascismo y al imperialismo. 

¡Que la crisis la pague la burguesía y no la juventud y los pueblos!

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