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domingo, 28 de julio de 2013

Documento Nº 1: La ofensiva de la juventud contra la crisis general del sistema capitalista y el combate contra el fascismo


Caracas, julio 2013. Prensa Antifascista.- Los efectos de la crisis capitalista sobre los jóvenes son terribles. Esto lo podemos ver cuando hablamos de empleo, vivienda, salud, etc. Los jóvenes padecen a una escala superior las consecuencias de las medidas de austeridad impuestas por los gobiernos títeres de los consorcios financieros que dominan los países más desarrollados. 

Los últimos años, hemos visto como los gobiernos pro imperialistas cargan sobre las espaldas de los trabajadores todas las consecuencias fatídicas de la crisis del sistema capitalista, el cual está en su fase superior y última, el imperialismo. Las crisis son inherentes al capitalismo, obedecen a las leyes económicas generales que lo rigen. Estas leyes se manifestarán en todos los países donde se impera el capitalismo como sistema. 

Las jóvenes generaciones padecen las consecuencias del desempleo, imposibilidad de acceder al sistema de educación, y por ende quedan exentos de las políticas de seguridad social que implementan con mucha deficiencia y restricciones los gobiernos burgueses. Los jóvenes han heredado una deuda que fue impuesta a sangre y fuego por los explotadores a las generaciones precedentes.

Las consecuencias de todo esto no se han hecho esperar. Tomando a Europa como referente, podemos observar que las masas sufren continuamente los ajustes del FMI y el BM. Lo que a esto sigue, es una ola sin precedentes de desempleo, miseria, hambre, desahucios, indigencia y crimen, que son el resultado lógico de todo un proceso de putrefacción económica de un sistema en ruinas que se sostiene a fuerza de guerras e invasiones contra los países dependientes, cuyos territorios poseen las materias primas y riquezas que desean los imperialistas para superar la crisis, recuperar su aparato económico y seguir obteniendo grandes ganancias, gracias al trabajo de millones de hombres y mujeres que hacen posible las riquezas, pero que contradictoriamente viven en terrible miseria. 

En Estados Unidos, la crisis ha sido contenida hasta ahora con la economía de guerra, pero este freno a la crisis no será muy duradero, porque se necesita desahogar el mercado de armas en guerras de rapiña, pero la lucha de los pueblos agredidos contra el imperialismo es cada vez más tenaz y las “guerras fáciles” han pasado a la historia. Otra consecuencia de la economía de guerra, es que la industria se orienta cada vez más a la producción de armas, pasando progresivamente la producción de bienes y servicios a un segundo plano y esta vacante es llenada con importaciones desde China que se ha venido convirtiendo en un serio aspirante a principal potencia imperialista. 

El debilitamiento de Estados Unidos, le ha obligado a estrecharse en un bloque junto a la Unión Europea para frenar el empuje de Rusia y China. El dominio de las esferas de influencia y las fuentes de materias primas, es vital para decidir la balanza. El Medio Oriente es una gran reserva de recursos naturales y por tanto, la mira de los dos bloques imperialistas. Los forcejeos entre Rusia y China por un lado y EE.UU. y la U.E. por otro para dominar Siria e Irán son una clara muestra de la lucha por el nuevo reparto del mundo que configuraría el mapa de dominio imperialista. 


La lucha por estas fuentes de materias primas, aunque en algunos escenarios aún se mantienen de forma “pacífica”, haciendo uso de las artimañas propias de las instituciones burguesas, no descarta que puedan desarrollarse conflictos entre los diferentes bloques imperialistas. Esto nos pudiera poner a las puertas de una III Guerra Mundial. 

Los jóvenes responden con organización 

Al mismo tiempo que esto sucede, los jóvenes se baten en las calles contra los gobiernos burgueses. La lucha juvenil ha venido ganando espacios en materia de organización, se forman poderosos movimientos sindicales, ecologistas, campesinos, estudiantiles, etc., que plantan cara frente a la arremetida capitalista. Igualmente los sectores obreros y campesinos también luchan de manera decisiva contras las medidas que aplican los capitalistas en crisis. 

Al principio de la crisis cíclica, las protestas de calle eran desordenadas y espontáneas. Las exigencias no pasaban del mero marco reivindicativo y economicista. Ahora, la lucha va más allá. Se ha comenzado a trascender del marco economicista a la lucha política abierta, los manifestantes cuestionan abiertamente el sistema capitalista y el socialismo ha pasado a ser referencia dentro de los movimientos organizados. 

Las vanguardias políticas de los trabajadores han venido cobrando poco a poco protagonismo en los distintos países. Las clases dominantes empiezan a sentir que el suelo debajo de sus pies tiembla y el estruendo del fantasma que recorre Europa y el mundo se siente de nuevo y con fuerza cada vez mayor en las juventudes, quienes abiertamente proponen el socialismo como la única alternativa para una sociedad mejor. 

El fascismo como una alternativa de la burguesía para frenar la lucha revolucionaria. 

Ante este despertar de la conciencia revolucionaria en las masas y en los jóvenes, la burguesía siente horror y por eso recurre a métodos fascistas para frenar la organización popular. 

Las fascistización de algunos gobiernos, se observa precisamente allí donde la organización revolucionaria es más fuerte para enfrentar a la crisis. Tenemos el caso de Alemania, Turquía, España, Ecuador, (ubicar ejemplos) Túnez o Grecia, donde las maneras fascistas han golpeado brutalmente a las organizaciones revolucionarias y los jóvenes luchadores son perseguidos y encarcelados mientras el movimiento de protesta es criminalizado. Entre esas arremetidas podemos nombrar los asesinatos selectivos contra los miembros del Frente Popular en Túnez, Colombia y la implacable persecución contra los jóvenes en Ecuador como el caso de los arrestados en Luluncoto. 

Jorge Dimitrov, luchador comunista de Bulgaria y uno de los más grandes antifascistas de la historia, decía: “Bajo las condiciones de profundísima crisis económica desencadenada, de la violenta agudización de la crisis general del capitalismo, de la revolucionización de las masas trabajadoras, el fascismo ha pasado a la ofensiva. La burguesía dominante busca cada vez más su salvación en el fascismo para llevar a cabo medidas excepcionales de expoliación contra los trabajadores… e impedir por medio de todo esto, la revolución”. (2 de agosto de 1935) 

Dimitrov fue quien puso al desnudo los intereses imperialistas del fascismo y de Adolfo Hitler en un momento en que el Vaticano bendecía al nazismo y los países capitalistas lo enaltecían como un gran modelo de democracia y libertad. 

Conclusión. 

Los jóvenes de Venezuela y el mundo debemos estar conscientes que la lucha no es contra un “imperio” aislado y diabólico, sino contra un sistema imperialista que se compone de toda una cadena de opresión económica y política que opera a nivel mundial. El imperialismo, no es un sistema que cae solo, sino que debe ser derribado por medio de la lucha revolucionaria de los pueblos. 

La organización y movilización de las fuerzas revolucionarias es muy importante para enfrentar y derrotar al sistema explotador burgués. Para ello, debemos trabajar en la unidad de todos los factores de izquierda en un Frente Popular que permita unificar fuerzas para la lucha común contra el odiado enemigo de clase. Las juventudes debemos trabajar intensamente tanto en el aspecto práctico como en el teórico para acumular fuerzas para las luchas venideras. 

Lenin decía que si bien, la crisis capitalista trae hambre, muerte, guerra y miseria, también empuja a las masas a la revolución, “El imperialismo es la antesala a la revolución proletaria”. Pero sin organización, la revolución no puede triunfar. En este sentido debemos entender que el capitalismo no se cruzará de brazos mientras los pueblos se organizan y movilizan para librar la pelea contra el capitalismo. La lucha de clases se va a profundizar rápidamente y para esto debemos estar lo mejor preparados política e ideológicamente. Es necesario tomar como guía la herramienta científica que nos ofrece el marxismo, teoría consecuente y proletaria, que nos permitirá avanzar con mayor certeza en la lucha contra el imperialismo. 

Nuestra tarea para llevar a cabo una ofensiva verdadera contra la crisis, es suprimir las divisiones y unificar fuerzas. 

¡Que la crisis la pague la burguesía y no la juventud y los pueblos!

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