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sábado, 13 de octubre de 2012

El fascismo y la economía

Por: Nadiolys Mora


Durante el siglo XX, las posiciones democráticas de los opresores, se vieron debilitadas en gran medida, producto de las crisis económicas de superproducción, se puso a la vista las profundas contradicciones del sistema capitalista y su descomposición cada vez más acelerada, sus víctimas las grandes masas trabajadoras reacias a pagar las consecuencias de estas crisis se levantan y resisten contra la situación de miseria y esclavitud a la que eran sometidas por el gran capital.


El fascismo es consecuencia directa la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra (1914-1918), con la guerra se profundiza la crisis en el imperialismo, los pueblos hartos de aquella carnicería dirigieron su cólera contra el sistema que la había engendrado. Las economías de los países europeos se vieron seriamente comprometidas el coste de la contienda represento el 30% para Francia; el 22% de la riqueza de Alemania, el 26% de la Italiana. Mientras Europa salió debilitada por los enormes esfuerzos bélicos durante la guerra, Estados Unidos salió fortalecido, aumento su poder económico con el financiamiento a los países quebrados económicamente. Al finalizar la guerra el paro y la inflación se extendieron por todos los países contendientes, millones de soldados desmovilizados se encontraron sin trabajo, desmoralizados por la derrota y muchas veces incapaces de adaptarse a la vida civil. En los países vencidos además de la situación dramática de la economía se unían los duros tratados de paz. Se produjeron grandes cambios tanto en lo económico como en lo político.


Donde antes existiera la Rusia zarista apareció un estado nuevo sin precedentes en la historia de la humanidad. Donde los obreros, los oprimidos y explotados tomaron el poder político en sus manos. La revolución socialista en Rusia mostro que la exclusividad mundial de los explotadores en la dirección y gobierno de los hombres, había tocado fin, que su poder no era eterno, sino por el contrario muy poco duradero. Tales circunstancias dieron origen a una ola revolucionaria que sacudió Europa y alcanzo a otros continentes. Los acontecimientos se sucedían con rapidez, el derrocamiento del Káiser en Alemania en 1918, la ocupación de las fábricas por los obreros en Italia, la revolución en Hungría, el auge del movimiento de liberación nacional en la India, Irán y Turquía, la profundización de la revolución china. Todos estos acontecimientos aterrorizaban a la oligarquía financiera y a los sectores de la derecha reaccionaria. Lo que la condujo a buscar formas drásticas para mantener su dominio. No es casual que en estos años hayan aparecido los primeros síntomas serios de los hoy conocemos como fascismo.

Surgimiento del primer Estado Fascista

Italia fue el primer estado cuyo poder asumieron los fascistas. Las condiciones por las que atravesaba dicho país después de la guerra eran muy difíciles económicamente. Aun cuando Italia quedo entre los vencedores de la Primera Guerra Mundial junto con sus aliados de la Entente, su situación no difería mucho de la de los países vencidos. La guerra le resulto muy cara al imperialismo italiano.

Durante la guerra le eran aportadas cuantiosas ganancias a Italia producto de la actividad industrial, sobre todo la industria armamentística, pero una vez fue firmada la paz, se produjo una caída en la economía. Se redujo la fundición del hierro y el acero, y se cerraron centenares de empresas, hacia 1921 de 669 hilanderías existentes cerraron 200. Crecía el desempleo y los empresarios aprovechaban la difícil situación de los trabajadores para reducir los salarios.

La situación en el campo era similar. La población rural soportaba un doble yugo, la expoliación de los latifundistas y los grandes monopolios industriales, que imponían al campesinado altos precios por los artículos que necesitaba. Muchos campesinos carecían de tierras.

Fueron los círculos económicos gobernantes del país quienes llevaron a Italia a tal situación, cuando en 1915, Italia firma un tratado con Inglaterra y Francia, el Tratado de Londres, en el que se comprometían en entregarle parte del botín a Italia, es decir parte de los territorios conquistados al finalizar la guerra. Pero llegado el momento se negaron a cumplir esos acuerdos, que tampoco podían cumplir, ya que los territorios ofrecidos pertenecientes a pueblos ajenos, no se dejaron someter a los designios de las grandes potencias.

Viéndose sometidos a una mayor explotación, los trabajadores respondían con acciones combativas. En 1919 se extendió una ola de huelgas que abarco más de un millón de obreros, en 1920 abarcaba a mas de 2 millones de obreros, las huelgas se extendían, iban acompañadas de choques con la policía, extendiéndose a ramas enteras de la industria de grandes zonas del país.

También en el campo el movimiento revolucionario iba en ascenso. Los soldados desmovilizados exigían tierras, con frecuencia las tomaban a la fuerza, los campesinos expulsaban a los terratenientes, los jornaleros declaraban huelgas exigiendo la jornada de 8 horas.

La burguesía tampoco estaba conforme, le desagradaban los resultados de la guerra y la situación creada en el país. Los monopolios industriales italianos, causantes de la entrada en la Primera Guerra Mundial, se sentían defraudados no podían perdonar el incumplimiento de las promesas dadas a Italia.

La situación interna era de grandes protestas y movilización de la clase obrera, lo que aterraba enormemente e infundía pánico a la gran burguesía. Temían que los trabajadores siguiendo el ejemplo de los obreros y campesinos en Rusia, pasasen de la lucha económica a la lucha política, a la lucha por el poder.

Las esperanzas de que los partidos tradicionales de la burguesía se convirtieran en dique capaz de contener la ola revolucionaria no era nada alentadora.

Los grandes monopolios y latifundistas buscaban una fuerza que fuese capaz de resolver dos problemas importantes que se le planteaban a la gran burguesía: en primer lugar, establecer el orden interno del país, aplastar al movimiento revolucionario en la ciudad y el campo, en segundo lugar crear las condiciones para hacer realidad el programa de rapiña imperialista que estaba pendiente.

Ante esta situación el terreno era campo fértil para aventureros de toda laya, y deseosos de salvar a la nación.

Entre los aspirantes se encontraban políticos fracasados, renegados o expulsados del partido socialista, que se habían pronunciado por la guerra imperialista y oficiales desmovilizados que después de la guerra no encontraban ubicación en lo civil.

En marzo de 1919 se celebra en Milán la primera conferencia del grupo de los “Intervencionistas de Izquierda”, así llaman entonces a los fracasados socialistas de derecha, expulsados del partido socialista después de su derrota. Unos días después, el mismo grupo dirigido por Mussolini, creo la organización “Unión de Lucha” (Fascio di Combattimento) que adopto como emblema un haz de varillas (Fasces), de donde proviene el nombre del movimiento: fascista. La unión de lucha solo contaba con 76 miembros y pasaba inadvertida.

La situación cambio radicalmente cuando los verdaderos dueños de Italia los grandes industriales y los latifundistas se reunieron en una conferencia en 1920, organizada por la federación general de industriales. Más tarde se supo que se habían discutido acerca de la liquidación de los consejos obreros de fábrica y adoptado la resolución de apoyarse en el movimiento fascista para luchar contra la clase obrera y los campesinos.

Desde ese momento el movimiento fascista adquirió un auge tremendo, a las cajas del movimiento afluían cuantiosas sumas de dinero, lo que les permitió desarrollar una propaganda que influía entre los pequeños comerciantes, los artesanos arruinados, así como entre los desocupados ex soldados y otros.

Con tan poderosa ayuda empezaron todo una campaña de terror contra los trabajadores, y fundamentalmente contra los campesinos, esto se debía a que en las ciudades la ola revolucionaria era aun poderosa.

De esta manera las uniones fascistas se convierten en partido político. Lo que los llevo a participar en las elecciones de ese mismo año, con un programa demagógico, ofreciendo la transformación revolucionaria de la situación de las grandes masas trabajadoras y populares. Pero aun con su programa no tuvieron éxito importante apenas contaba con una minoría de diputados en el parlamento.

En 1920 a 1922 se desarrollo en todo el país una enconada lucha entre las fuerzas antifascistas y las fuerzas fascistas. El gobierno hacia caso omiso a tal situación. Los que resistían ante los golpes de los fascistas era el movimiento de los trabajadores.

En 1922 se declaro una huelga general antifascista, que mostro las reservas de fuerza de los revolucionarios y de las masas populares. Sin embargo los conciliadores que dirigían el partido socialista, partidarios de la colaboración con los fascistas, hicieron fracasar también esta gran acción revolucionaria de los trabajadores.

Cuando los grandes industriales monopolistas y los latifundistas se convencieron de que el camino parlamentario no conduciría a los fascistas al poder se decidieron por el golpe de estado violento y cursaron las instrucciones correspondientes a los fascista.

En el otoño de 1922, los fascistas organizaron el asalto armado, pero realmente se convirtió en una gran parodia, ya que el gobierno no opuso resistencia alguna al golpe de los fascistas. Los representantes de la gran burguesía y los terratenientes presionaron sobre el rey de Italia, Víctor Manuel III, quien hizo dimitir al primer ministro y recibió a Mussolini con las palabras “Hace tiempo que te esperaba”. El 27 de octubre de 1922 Mussolini formo gobierno con los partidos burgueses tradicionales es decir los llamados partidos democráticos.

Desde aquel día Italia se vio sumergida en remolino sangriento de torturas, desapariciones, en venganza de quienes los habían adversado, la clase obrera.

Comenzaron a generalizarse las torturas y las mazmorras se llenaron. Las milicias fascistas las llamadas camisas negras, tenían autoridad para disponer libremente de la vida y de los bienes de los ciudadanos.

Las reivindicaciones conquistadas por los trabajadores fueron quitadas, se prohibieron los partidos entre otros derechos.

Podría decirse que el fenómeno alemán es consecuencia también de la gran depresión del 29, como se conociera aquella profunda crisis que comenzara en Estados Unidos y que afectara a gran parte de las economías en el mundo.

Nacimiento del Estado Nazi Alemana:

Alemania sufrió en los primeros años de posguerra una profunda crisis revolucionaria, la burguesía atemorizada por el peligro que se cernía sobre sus ojos por el influjo de la revolución, aspiraba una mano dura que pudiera dar al traste con tal situación revolucionaria y restablecer la estabilidad de la economía capitalista. Pero la estabilidad era difícil en las condiciones que había quedado dicho país después de la guerra. Sin embargo se logro reprimir en un primer momento al movimiento obrero y popular solo parcialmente. La clase obrera alemana logro despojar del trono al Káiser, obtuvo una serie de reivindicaciones sociales y políticas.

En 1920 los grandes monopolios industriales y los terratenientes intentaron dar un golpe que volviera a Alemania la situación de antes de la revolución de noviembre 1918.

En esas condiciones la burguesía llego a la conclusión que podía imponer su voluntad a través de la socialdemocracia de derecha. Por un lado estos no atentaban contra la base de su poder y por otro lado aun contaban con la confianza de los obreros, de la pequeña burguesía y los campesinos, con ello aseguraban una base de masas, es decir apoyo popular.

Por tales circunstancias políticas en estos años, la burguesía no sentía la necesidad urgente de echar mano de los fascistas, pero tampoco podía prescindir de ellos. Los consideraba su fuerza de reserva en caso que la socialdemocracia no pudiera conseguir restablecer el orden.

Los grupos fascistas gozaban de gran beneplácito de los grandes grupos económicos. El Partido Obrero Alemán, era uno de los preferidos del gran capital, fundado 1919 en Múnich capital de Baviera. Su actividad se limitaba a unas conversaciones en torno a un vaso de cerveza, pero gracias a la ayuda de militares y grandes industriales sale de ese estrecho marco. En aquellos años Baviera era un refugio de de militares despechados, entre ellos habían monárquicos que soñaban con el restablecimiento del Káiser. Todos ellos necesitaban un partido que contara con un programa político reaccionario que al mismo tiempo fuese atrayente.

Poco después las autoridades enviaron al cabo Hitler, para que se encargara de tomar la dirección de ese partido. En 1920 le cambia el nombre de Partido Obrero Alemán a Partido Obrero Nacional Socialista de Alemania, (“Nazi”). Y así se conoció hasta su derrota en 1945 año de la completa derrota de las potencias fascistas.

Este partido contaba con portentosos grupos armados conocidos como las “SA” y las “SS”. En poco tiempo este partido se convirtió en el partido representante de los intereses de los grandes industriales, aunque su programa ante las masas era un programa demagógico que proclamaba la estabilidad económica de las masas populares.

A este partido afluían grandes sumas de dineros provenientes de los industriales más reaccionarios, así como de los terratenientes para su propaganda y acciones políticas. Estas sumas de dinero se incrementaron cuando los fascistas exponen ante la Unión de Industriales de Baviera en una reunión secreta sus objetivos.

Hasta 1923 los capitalistas no habían echado mano de los fascistas, ya que reinaba una relativa calma, pero en este mismo año Alemania atraviesa por una nueva crisis revolucionaria. La situación era de gran inflación, de hambre, el pueblo exigía cambios radicales.

En ciertas provincias autónomas surgen gobiernos progresistas formados por socialistas de izquierda y comunistas.

Debido a esto los grandes industriales empezaron a acariciar la necesidad de un golpe reaccionario, los amos de Alemania empezaron a perder confianza en la socialdemocracia de derecha. La situación cambia cuando las grandes corporaciones con ayuda financiera de Estados Unidos y con la ayuda de los politiqueros al servicio de la burguesía logran mejorar la situación financiera del país. En vista de tal afianzamiento de la situación, los monopolios renuncian al golpe.

Se produce un nuevo viraje a comienzos de los años 30, el ascenso económico producido después de 1923, da paso, como ocurre en los países capitalistas, a una nueva crisis, su economía sostenida largo tiempo con limosnas fundamentalmente norte americanas, quedo paralizada.

El desempleo aumentó en forma considerable, en 1929 de cada 100 obreros industriales 13 carecían de trabajo, los desocupados en 1932 eran 44 de 100, y en el primer trimestre de 1933 llegaban a 45, muchos de los obreros formalmente ocupados eran en realidad desempleados parciales. La bancarrota financiera alemana condujo al congelamiento de las medidas sociales: se redujo bruscamente los subsidios por desocupación entre otros, comenzó la ruina en masa de comerciantes y artesanos, llegándose a subastar las fincas y otras posesiones campesinas.

En tales condiciones era natural que creciera el gran descontento de las masas trabajadoras y populares, en estas circunstancias crecía la influencia de los comunistas que habían anunciado que una nueva crisis se avecinaba, a su vez era la bancarrota de la socialdemocracia que había sido la causante en gran medida de esta situación. Tal estado de cosas representaba un peligro a los privilegios de los ricos y la aristocracia.

La situación se agudizaba, los círculos gobernantes echan mano abiertamente de los fascistas. Las posibilidades aumentaron ya que una parte de la población arruinada comerciantes, artesanos, fundamentalmente pequeña burguesía, desesperados por su situación creyeron en las proclamas del Partido Nacional Socialista, cuando afirmaban que la situación era debido a la falta de espacio vital y que la única salida era la anexión de territorios ajenos, lo que dio pie a que las ideas chovinistas comenzaran a extenderse.

Ofreciendo demagógicamente a los artesanos y comerciantes la liquidación de sus competidores, a los desocupados trabajo, a los campesinos tierra, es aquí cuando comienza a tener una base de las masas el Partido Nazi.

En 1930 propietarios de minas del consorcio hullero, el club de industriales empieza a financiar de una manera significativa al Partido Nazi.

La agudización de la crisis ayudo al partido de los fascistas a conquistar algunos éxitos y a convertirse en una fuerza política influyente. Sin embargo esta influencia duro poco, las masas empezaron a darse cuenta que las promesas hechas por los nazis eran mentira, empezaron a darse cuenta del verdadero sentido de su propaganda anticapitalista, al mismo tiempo que decrecía la influencia de los fascista crecía la influencia del Partido Comunista.

Para 1932 se celebran elecciones al parlamento, en la que el Partido Fascista pierde 2 millones de votos, el Partido Comunista por el contrario gana 700.000 votos llegando a 6 millones en total. Lo que obliga a los círculos económicamente influyentes a presionar a los partidos representantes de los capitalistas a formar coalición con los Nazis. Ejercieron presión sobre el Presidente de Alemania, Heinderburg, quien nombra a Hitler Primer Ministro desplazando a Scheicher protegido suyo quien poseía dicho cargo. De esta manera formar gobierno también con partidos de la gran burguesía.

Pero mientras los comunistas no fueran destruidos, las posibilidades de los nazis a formar gobierno legítimo eran pocas, ya que los comunistas tenían gran influencia sobre el movimiento obrero. El dique contenedor que representaban las fuerzas de los comunistas daba mucha inestabilidad a los fascistas.

Los fascistas acariciaban la posibilidad de proscribir los partidos y fundamentalmente al partido comunista, pero ante el temor de despertar una ola de protestas y alzamiento de las masas ante la medida, decidieron acudir a pretextos para justificar una represión en masa de los comunistas.

De esta manera empieza los ataques abiertos contra los comunistas, asalto policiaco a la sede del Partido Comunista, difusión de mentiras como planes de insurrección, cuyas pruebas supuestamente hallaron en el lugar allanado, tales pretextos sirvieron a Goering mano de derecha de Hitler para decretar la creación de grupos de choques como las SS.

Su primera acción fue provocar el incendio del parlamento alemán o Reichstag, para culpabilizar a los comunistas de tal hecho. Lo que dio pie para emprender una masiva ola de represiones contra los comunistas, solo en Berlín ese mismo día detuvieron a 1500 personas, en todo el país detuvieron a 10.000 militantes. Declararon el estado de excepción. Lo que represento un duro golpe para el movimiento obrero y revolucionario.

Pocos días después, se celebran nuevas elecciones en las que el Partido Comunista obtiene un éxito importante cerca de 5 millones de votos, lo que valió para que fuese proscrito definitivamente.

Desde este momento el poder de los nazis empieza a ser ilimitado, comienzan los encarcelamientos masivos de los enemigos del régimen fascista, las torturas, las desapariciones, los encarcelamientos, los asesinatos, la tortura, la represión, los asesinatos por parte de los grupos especiales se convierte en todo un sistema.

Las cárceles abarrotadas, dan paso a la construcción de los llamados campos de concentración. Se recrudece la persecución contra los pobres y los judios. Eran atacados los representantes de la cultura, de la intelectualidad progresista. En las calles ardían hogueras de libros.

Ni los partidos de la burguesía, ni la socialdemocracia de derecha opusieron resistencia a los fascistas, pero esto no los salvo de que también fuesen condenados por el régimen fascista, al cual ya no le eran útiles. Declaro al Partido Socialdemócrata enemigo del pueblo alemán. Disolución de todos los partidos.

De esta manea para 1933, había culminado en lo fundamental el establecimiento de la dictadura fascista en Alemania. La clase obrera y el pueblo habían sufrido una grave derrota.

El 20 de enero de 1934 el gobierno de Hitler publico la ley acerca del trabajo nacional. En ella se concedía a los empresarios un poder ilimitado sobre los obreros de sus empresas. Su aplicación facilito considerablemente a los patronos la ofensiva contra los derechos de los obreros. Tanto más porque los fascistas habían liquidado los sindicatos de clase, creando en su lugar los sindicatos títeres del capitalismo, que se denominaban Frente Alemán del Trabajo. Para este momento los datos estadísticos revelaban el crecimiento de los beneficios obtenidos por los empresarios del 15 al 30%.

En los primeros años se redujo el paro, pero era fundamentalmente por la ocupación de obreros en la gran industria bélica, ya que Alemania se preparaba para la guerra de rapiña.

Se redujo el consumo de productos, las importaciones de alimentos eran enormes, la inflación crecía vertiginosamente, el descontento crecía hacia el régimen Nazi. Un duro y vergonzoso golpe al fascismo fue el proceso de Leipzig. (Dimitrov dirigente del Partido Búlgaro).

El fenómeno en España:

Como en la mayoría de los estados fascista en España las organizaciones fascistas provenían de sectores de la burguesía reaccionaria.

Aparecieron poco después de la revolución antimonárquica en 1931.

Existían dos partidos fascistas uno de ellos la falange española dirigido por un hijo de un dictador militar de la monarquía, y otro denominado Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS). Estas organizaciones se fusionaron pasándose a llamar Falange Española de la JONS. Su influencia en la vida política era muy escaza. Solo abarcaba a ciertos grupos de estudiantes reaccionarios y una capa del ejército y de la marina.

Además existían otros partidos y organizaciones fascistas muy pequeñas fundamentalmente representantes de la iglesia católica, es decir partidos clericales.

La situación de debilidad de la reacción fue cambiando, las debilidades existentes del gobierno republicano a la sazón en el poder, dieron pie para que en las elecciones a la corte en 1933, los sectores reacción salieran triunfadores. Es en este momento (1934-1935), cuando comienza toda una situación de calamidad para el pueblo español.

A lo largo de estos años el pueblo español emprende una ardua lucha contra el establecimiento del Fascismo y defensa de sus derechos sociales y políticos. En 1934 el pueblo aprende una lección cuando el movimiento de los obreros austriacos que se levanta contra el fascismo fue duramente reprimido.

A comienzos de 1935 empieza a formarse el Frente Popular Antifascista, en el cual se consigue la unidad de los socialistas, los comunistas, y republicanos de izquierda, así como también la unión de dos grandes organizaciones sindicales, la Confederación General del Trabajo Unitaria bajo la influencia de los comunistas y la Unión General de Trabajadores dirigidas por el Partido Socialista Obrero Español. En 1936 se unen las juventudes en el frente la juventud socialista y los jóvenes comunistas.

Esta unidad dio un viraje a la situación de dominio de los fascistas, el 16 de febrero de 1936 se celebran elecciones que dio la victoria al frente popular, constituyendo un golpe al fascismo y la reacción.

Se constituyo un gobierno formado casi exclusivamente por republicanos lo que le daba un carácter un poco laxo a dicho gobierno, las estructuras del estado quedaron intactas, los cuerpos represivos se mantuvieron lo que representaba una grave debilidad para ese gobierno.

Los reaccionarios se habían convencido que por la vía legal no llagarían al poder. De esta manera emprenden una serie de saboteos contra el gobierno del frente popular y la república.

Conscientes de que ni con unión de todas las fuerzas reaccionarias conseguirían derrocar las fuerzas revolucionarias, buscaron hacer alianzas con las fuerzas extranjeras fundamentalmente con Alemania, relaciones que existían desde hacia tiempo existían, Franco quien para 1916 era agente de inteligencia del servicio de espionaje alemán.

A los fascistas alemanes e italianos les convenía derrocar al gobierno del frente popular en España y la constitución del frente en francia, ya que esto representaba un obstáculo para sus fines imperialistas.

Italia y Alemania se preparaban para la guerra por el reparto del mundo y para triunfar debían asegurarse ventajosas posiciones, lo que significaba España con respecto a operaciones militares en Europa.

Los llamados países democráticos como Francia, Estados Unidos e Inglaterra, se inquietaron por los triunfos de los republicanos españoles. Y emprendieron la ayuda a los fascistas por debajo cuerda.

De esta manera los fascistas apoyados por las fuerzas fascistas extranjeras y por los llamados países democráticos, y por otro lado las fuerzas del pueblo resistiendo se comienza a configurar una guerra civil.

Cuando el gobierno del frente se dirige a Francia a Estados Unidos e Inglaterra en busca de ayuda, pedían a estos gobiernos que le vendieran armas, la respuesta de los países democráticos fue negativa, al contrario proclamaron una política de “No Intervención”. A la cual dirigieron también a la unión soviética para que entrara en el acuerdo. La URSS, se adhiere al acuerdo con la condición que se garantice el cese inmediato de la ayuda a franco por parte de las potencias fascistas.

Esta política era una simple pantalla, ya que los llamados países democráticos no cumplían con dicha política y apoyaban a los fascistas. La URSS al darse cuenta del apoyo que brindaban a los reaccionarios, se salió del acuerdo y empezó a brindar ayuda los republicanos.

En toda la Unión Soviética comenzaron colectas voluntarias para todo el pueblo español y pocos meses se recogieron millones de rublos.

En los días más difíciles para el pueblo español, la ayuda prestada por el pueblo soviético, armamentos y ante todo aviones cedidos al gobierno, ayudaron a estabilizar las posiciones.

Los antifascistas de todo el mundo y en primer lugar los comunistas, tenían en cuenta que salvar a España no era tarea privada de los revolucionarios españoles, que salvar a España era salvar al mundo de la agresión fascista.

En todo el mundo se organizaban comités de solidaridad, no hubo un rincón del mundo donde los pueblos no expresaran su solidaridad con el pueblo español.

En 1936 se organizó en parís, el comité internacional de coordinación de ayuda a la república española, se crearon secciones de dicho comité en todos los rincones del mundo.

La España republicana oprimida por las tenazas del bloqueo de Estados Unidos, Francia e Inglaterra combatía no solo contra los fascistas locales, sino también con las grandes potencias europeas: Italia, Alemania. Era una guerra desigual. Sin embargo durante tres años les costó derrocar al pueblo y su resistencia.

Sin la intervención militar de Italia y Alemania, y sin la política de la no intervención las fuerzas republicanos hubiesen derrotado a los reaccionarios.

El 3 de marzo los jefes de la conspiración declararon por radio que el frente popular quedaba destituido y que se había creado la Junta Nacional de Defensa.

El frente republicano minado por la traición de los llamados quinta columnas, como se empezó a llamar a los agentes fascistas y conspiradores ocultos en la retaguardia republicana.

El 1 de abril de 1939 todo el territorio de la república quedo ocupado por las tropas franquistas y los intervencionistas.

La guerra provocada por los fascistas costo a el pueblo de España un millón de vidas. Como en otros países los fascistas-falangistas llevaron consigo el terror y el oscurantismo. Un millón de españoles abandonaron el país, centenares de miles asesinados y centenares encarcelados, entre ellos obreros y campesinos, dirigentes sindicales y militantes de partidos políticos, los intelectuales y científicos, escritores, artistas.

Las conquistas alcanzadas por el pueblo duraonaria que se produce después de la Primera Guerra Mundial, del triunfo de la Revolución de Octubre, y la formación de los partidos comunistas a partir de 1917.

“El fascismo no es un poder situado por encima de las clases, ni el poder de la pequeña burguesía o del lumpenproletariado sobre el capital financiero. El fascismo es el poder del propio capital financiero. Es la organización del ajuste de cuentas terrorista con la clase obrera y la parte revolucionaria de los campesinos y de los intelectuales. El fascismo en política exterior es el chovinismo en su forma más brutal que cultiva un odio bestial contra los demás pueblos.” Jorge Dimitrov, El carácter de clase del fascismo.

2 comentarios:

  1. Por qué el nazismo era socialismo y por qué el socialismo es totalitario http://ow.ly/euIkB

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  2. Que cháchara más ridícula es esa jajajaja

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